La comisión Europea ha mostrado su preocupación por los efectos negativos en la recaudación fiscal que conllevaría una rebaja de impuestos, básicamente en el IRPF anunciada por el Gobierno central. Tras señalar que faltan detalles de la reforma, Bruselas afirmó que el Gobierno ignora las recomendaciones de la Comisión de subir impuestos indirectos como el IVA. Además, considera que la reforma fiscal pone en peligro el cumplimiento de los objetivos de déficit.
A través de un comunicado del departamento del vicepresidente Olli Rehn, se ha manifestado que “todavía no hay información suficiente sobre la reforma como para hacer una evolución a fondo. Algunas medidas no están completamente definidas y su impacto fiscal no se ha especificado.” La Comisión también apunta que “el Gobierno no ha anunciado ningún trasvase de la carga fiscal desde las contribuciones a la seguridad social de las empresas hacia los impuestos, tal y como recomienda el Consejo para crear empleo.
Fuentes de la Comisión atribuyen en privado la reforma fiscal “a la cercanía de las elecciones” y subrayan que el Estado español podía volver a tener problemas si cae la recaudación, con un déficit estructural tan abultado.